Monday, January 28, 2013

El propósito de Dios y la llamada Predestinación 1



El propósito de Dios y la llamada Predestinación

Por el Hermano Luis M Ortiz.



Agustín, llamado san Agustín, nació en el año 354 d.C. En su juventud, bajo la influencia de su madre, Mónica, adoptó el cristianismo. Luego se desvió en gran manera, y a la edad de 33 años volvió al evangelio. En el año 387 fue bautizado en agua; en el año 391 fue ordenado presbítero en África; y en el año 398 fue escogido obispo de Hipona Regia.

Cuarenta años antes de Agustín nacer, ya Constantino, el más maquiavélico de todos los emperadores romanos, había simulado hacerse cristiano, y por su posición como emperador, también era Sumo Pontífice del paganismo babilónico; y con su astucia maquiavélica hizo a la iglesia parte integrante del estado, y él como emperador, vino a ser jefe supremo de la iglesia. No fue que la iglesia conquistó al estado, sino que el estado conquistó a la iglesia.

Por causa de la protección imperial, se estaban introduciendo en la iglesia muchos desórdenes de varias clases, confusiones, controversias, polémicas, incongruencias, falsos conceptos acerca del señor y de su Evangelio, divisiones y subdivisiones, interpretaciones heréticas, y horribles herejías doctrinales, y en medio de esa proliferación de interpretaciones heréticas, es que surge Agustín con otra más, como sigue: “Dios predestina, o elige, a los que por medio de su gracia han de obtener la salvación, y deja a los demás en su merecida condenación”.

“La teoría de Agustín”, según lo llamó Erasmo, y otros, desató un huracán de controversias que arropó a Europa, el norte de África, y hacia el este llegó hasta la India.

Conforme a la teoría de Agustín, Dios predestina a unos para salvación y a otros para condenación.

¡Nada más lejos del amor de Dios, de la justicia de Dios, de la sabiduría de Dios, de la abrumadora evidencia bíblica y de la experiencia humana!

La iglesia en ese tiempo rechazó y enterró “la teoría de Agustín”, y más de mil años después, Juan Calvino la desenterró, y se esforzó por establecer en forma coherente y armoniosa las enseñanzas de Agustín, pero no lo logró. De ahí el apelativo “Calvinismo”. Con frecuencia Calvino rehusó hacer declaraciones concluyentes sobre esa enseñanza cuando sus seguidores se lo pedían.

Después de la muerte de Calvino en el 1564, Beza y otros de sus seguidores siguieron añadiendo muchas otras especulaciones a la teoría de la predestinación, entre éstas, que “Cristo murió solamente por los predestinados”. Aún en nuestros días este es un tema controversial.

Si Dios predestinara a unos para salvación y a otros para perdición, ¿qué haríamos con la Biblia y con la abrumadora evidencia bíblica en contra de la teoría de la predestinación?

Juan el Bautista, con voz potente y segura presentó a Cristo, diciendo: “He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo”, Juan 1:29. Note que no dice que quita el pecado de los predestinados, sino del mundo.

El apóstol Pablo escribe a Timoteo, y dice que Cristo “se dio a sí mismo en rescate por todos, 1 Timoteo 2:6. Y en 1 Juan 2:2, refiriéndose a Cristo, dice que “Él es la propiciación por nuestros pecados; y no solamente por lo nuestros (los ya salvados), sino también por los de todo el mundo”. En Hebreos 2:9, dice que Jesús murió “por todos”.

¿Y qué dice el versículo más conocido de la Biblia? “Porque de tal manera amó Dios al mundo (note que no dice, a los predestinados), que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel (note que no dice a los predestinados) que en Él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna”, Juan 3:16.

Nuestro Señor Jesucristo murió en la cruz por todo el mundo, esto es, por cada individuo en todo el mundo, esto es, por cada individuo en todo el mundo, en todas las generaciones. “Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en Él el pecado de todos nosotros, Isaías 53:6.

¿Y por qué otros muchos no creyeron en él, y le dijeron al Señor que tenía demonio? Porque “aman más las tinieblas que la luz” ¿Y por qué tantos aman más las tinieblas que la luz”? Porque ellos prefieren las tinieblas a la luz, así como el adultero prefiere la oscuridad de la noche a la luz del día (Proverbios 7:9); y así como nuestros primeros padres se decidieron por el engaño de Satanás, y rechazaron el consejo de Dios.

Jesús dijo: “Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. Él ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira. Y a mí, porque digo la verdad, no me creéis”, Juan 8:44-45.

Todo esto nos demuestra que la persona que oyendo el Evangelio cree en Cristo es porque la persona misma lo ha decidido; y la persona que oyendo el Evangelio no cree en Cristo es porque la persona misma lo ha decidido.

¿Y por qué unos creen y otros no creen? Sencillamente, porque Dios al crear al hombre no creó un esclavo, ni un autómata, ni un robot, ni una computadora que respondiera a las teclas que le tocaran en el Cielo, ni tampoco un instrumento electrónico que se moviera y actuara de acuerdo a las radiaciones de energía cósmica que le enviaran desde el Cielo; sino que Dios creó al hombre “a su imagen y semejanza”, con un espíritu impartido por Dios, una mente privilegiada, una inteligencia brillante, con una voluntad propia, y con un libre albedrío, es decir con una facultad y capacidad de analizar, razonar, decidir y de actuar con reflexión y elección....... Lea la siguiente parte.

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