El propósito de Dios y la llamada
Predestinación 2
Por el Hermano Luis M Ortiz.
LA PREDESTINACIÓN
Está diáfanamente claro en la Biblia que cuando es usada la palabra
“predestinación”, o “predestinados”, se está refiriendo, no a inconversos para
ser predestinados a la salvación, sino que se está refiriendo, y se les está
escribiendo a los cristianos en conjunto, a los ya salvados, a los ya
redimidos, a los que voluntariamente aceptaron el Eterno Propósito de Dios de
salvarnos en Cristo.
La palabra “predestinar”, significa, destinar anticipadamente una
cosa para un fin. Sinónimos de “predestinar”, son escoger, elegir,
designar, hacer propósito.
En toda la Biblia hay solamente cinco versículos que mencionan la palabra
“predestinar”; y estos cinco versículos están en el Nuevo Testamento. Y
precisamente, estos son los versículos en los cuales San Agustín y Calvino
procuraron encontrar apoyo para la teoría de la llamada predestinación.
En Romanos 8:28, dice: “Y sabemos que a los que aman a Dios, todas
las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son
llamados”. Aquí lo que destaca es el Propósito de Dios. Dios nada
hubiera hecho de todo lo que hizo si no hubiera tenido un Propósito para hacerlo.
Es decir, si Dios no hubiera tenido un Propósito nadie hubiera sido llamado, y
por consiguiente, ninguna cosa le hubiera ayudado para bien a ninguna persona
porque Dios no lo llamó por no tener un Propósito para llamarlo.
El Propósito Eterno de Dios al crear todas las cosas, incluyendo al Hombre
Redimido, “según su beneplácito, el cual se había propuesto en sí mismo, (o
sea, según su propósito) de reunir todas las cosas en Cristo, en la
dispensación del cumplimiento de los tiempos (esto es, en la Eternidad),
así las que están en los cielos, como las que están en la tierra”,
Efesios 1:9-10.
En Romanos 8:29, dice como sigue: “Porque a los que antes conoció,
también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo,
para que él sea el primogénito entre muchos hermanos”. Nótese que lo
primero que dice es, “a los que antes conoció”. En las Sagradas
Escrituras tenemos evidencia de que Dios antes de llamar o comisionar a una
persona para un ministerio o una responsabilidad, de antemano lo ha conocido,
en algunos casos, aun desde que estaban en el vientre de la madre.
Veamos algunos ejemplos: El patriarca Job, refiriéndose a Dios, dijo: “En
el vientre me hizo a mí”, Job 31:15. El salmista David, también
refiriéndose a Dios, dijo: “Pero tú eres el que me sacó del vientre; el
que me hizo estar confiado desde que estaba a los pechos de mi madre”,
Salmo 22:9-10; “En ti he sido sustentado desde el vientre”, Salmo
71:6; “Porque tú formaste mis entrañas; tú me hiciste en el vientre de mi
madre”, Salmo 139:13; “Mi embrión vieron tus ojos, y en tu libro
estaban escritas todas aquellas cosas que fueron luego formadas, sin faltar una
de ellas”, Salmo 139:16.
El profeta Isaías, como portavoz de Dios, dijo al pueblo de Israel: “Ahora
pues, oye, Jacob, siervo mío, y tú, Israel, a quien yo escogí. Así dice Jehová,
Hacedor tuyo, y el que te formó desde el vientre, el cual te ayudará”,
Isaías 44:1-2; “Así dice Jehová, tu Redentor, que te formó desde el
vientre: Yo Jehová, que lo hago todo”, Isaías 44:24; “Oídme, oh
casa de Jacob, y todo el resto de la casa de Israel, los que sois traídos por
mí desde el vientre, los que sois llevados desde la matriz”, Isaías
46:3; “Jehová me llamó desde el vientre, desde las entrañas de mi madre
tuvo mi nombre en memoria”, Isaías 49:1; “Ahora pues, dice
Jehová, el que me formó desde el vientre para ser su siervo”, Salmo
49:5.
Nuevamente el profeta Isaías por inspiración divina, más de cien años de
anticipación, llama por su nombre al rey Medo-Persa que habría de tomar por
asalto la ciudad de Babilonia, que a su vez era la sede del imperio Babilónico,
la noche de fiestas y orgías que Belsasar celebraba. Y dice la profecía
bíblica: “Así dice Jehová, tu Redentor... que dice a Jerusalén: Serás
habitada; y a las ciudades de Judá: Reconstruidas serán, y sus ruinas
reedificaré... que dice de Ciro: Es mi pastor, y cumplirá todo lo que yo
quiero, al decir a Jerusalén: Serás edificada; y al templo: Serás fundado. Así
dice Jehová a su ungido, a Ciro, al cual tomé yo por su mano derecha, para sujetar
naciones delante de él… Yo iré delante de ti… para que sepas que yo soy Jehová,
el Dios de Israel, que te pongo nombre”, Isaías 44:24 - 45:3. El
profeta Jeremías, dijo: “Vino, pues, palabra de Jehová a mí, diciendo:
Antes que te formase en el vientre te conocí, y antes que nacieses te
santifiqué, te di por profeta a las naciones”, Jeremías 1:4-5.
El ángel del Señor le dijo al sacerdote Zacarías mientras ministraba en el
templo: “Zacarías, no temas; porque tu oración ha sido oída, y tu mujer
Elisabet te dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Juan… será grande delante
de Dios… y será lleno del Espíritu Santo, aun desde el vientre de su madre”,
Lucas 1:13-15. Y el apóstol Pablo escribió: “Pero cuando agradó a Dios,
que me apartó desde el vientre de mi madre, y me llamó por su gracia, revelar a
su Hijo en mí, para que yo le predicase entre los gentiles”, Gálatas
1:15-16.
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